Entre el renacimiento y el barroco, el manierismo.

Entre el renacimiento y el barroco, el manierismo.
Il Bronzino es uno de los artistas que mejor han retratado la esencia del manierismo, en la corte de Cosimo I di Medici, en la Florencia del siglo XVI. Con el cuadro "Triunfo de Venus" no sólo avanza el estilo barroco, también define cinco siglos después, la estética de los textos que se pueden leer a continuación. Es una fuente de inspiración y alude a una vinculación de por vida con la ciudad más bella del mundo. Firenze.

sábado, 22 de abril de 2017

Hoy comienza Diario de la Rèncor.

Es sábado he vuelto a casa a las 10 de la mañana. Ni drogas ni alcohol ni sexo desenfrenado, han hecho que regrese a mi hogar compartido con "Rubeus Hagrid", la guardiana, simplemente una amiga necesitaba que la acompañara en el inicio de su obsesión por un breaker. La acompañé, hicimos Gyozas, y ensalada, y nos entró un sueño espantoso viendo Kika, de Pedro Almodovar.
Vuelvo de Vallecas como quien vuelve del pueblo cargada con regalos de diferentes casas. Me siento como una pequeña indigente burguesa. Me dan botas, bolsos, a veces comida, e incluso cepillos de dientes. No me siento herida en el orgullo ni mierdas de esas. Se que me dan cosas por generosidad, no por pena. Y si lo hacen por pena me da un poco igual.

He dormido como una reina en el sofá de casa de mi amiga. He desayunado como una marquesa, y he vuelto al centro en metro como una cualquiera. Ir de su casa al metro es vivir en todo su esplendor el Imperio Vallecano. Ver como despierta la Albufera cargada de negocios de manicura, panificadoras, tiendas de aparatos para el cabellos, y un montón de Zara's chinos. La Albufera son los Campos Eliseos de Vallecas que tienen su Arco de Triunfo a la altura de Portazgo donde luce el Estadio del Rayo Vallecano. Viva Vallecas, si señor.

Mi trayecto es desde Nueva Numancia hasta Tirso de Molina. Cargada con tres bolsas, encuentro asiento, son las 10 de la mañana. Un chico empolvado, por la cantidad de suciedad que lleva en toda su vestimenta acaba de sacarse un moco de la nariz. Me siento frente a él. Le he pillado y está tan ufano. Tendrá 19 años. No sé si va o vuelve.
Últimamente pienso mucho en la muerte cuando subo al metro. Me imagino a un loco sacando una pistola o inmolándose. No entro en pánico simplentemente lo barajo como una posibilidad, no es ha convertido en una obsesión solo que debemos vivir con esa incertidumbre. Paso E.T.A y llegan "los otros". Pero ese nefasto pensamiento esta mañana desaparece pronto. Entra en la parada de Puente de Vallecas un hombre de los que me gustan: Barbita, rasgos marcados, chupa... Yo estoy a cara lavada como el 80% de mis días. Le quito la cara por indiferencia. Una vez que exclamo para mis adentros "¡qué Mono!", me entra la pereza. Pienso en mi amiga, ilusionada por los besos de un chaval que tiene novia. Así que "Bye, bye chico mono!".

He llegado a Tirso de Molina, y desde que pasas las salidas giratorias empiezas a percibir el olor de la plaza. Pis. Tirso de Molina huele a Pis, con una mezcla de ambientador de tienda de ropa china. Pero el eau de pis es la base de la esencia. Vivir en el centro es grotesco. Es bello y horrible al mismo tiempo, Una eterna contradicción.

Ya he subido los cuatro pisos de mi casa. Cuatro que parecen seis. Cargada con la generosidad de mi familia Vallecana. Y dispuesta a pasar un día casero en el centro de Madrid, mientras escucho el tráfico incesante de la Calle Toledo.


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