Entre el renacimiento y el barroco, el manierismo.

Entre el renacimiento y el barroco, el manierismo.
Il Bronzino es uno de los artistas que mejor han retratado la esencia del manierismo, en la corte de Cosimo I di Medici, en la Florencia del siglo XVI. Con el cuadro "Triunfo de Venus" no sólo avanza el estilo barroco, también define cinco siglos después, la estética de los textos que se pueden leer a continuación. Es una fuente de inspiración y alude a una vinculación de por vida con la ciudad más bella del mundo. Firenze.

lunes, 20 de diciembre de 2010

psssiiiiii.....

No soportaba los ruidos: se perdía en la lectura de los libros que nunca acababa, desordenaba los pasos a seguir en una receta, le impedían averiguar el asesino de la película de al mediodía, y le devolvían al mundo del que no quería saber el más mínimo detalle.Hoy, día de mudanzas en su bloque de pisos, el incesante golpear de cajas contra el suelo se hacía tan insoportable y patente que quebraban su cordura. Al límite de sus fuerzas empezó a palpitarle el párpado derecho mientras repasaba con sus dedos la hoja del libro. Al hacerlo su yema sangró. Contuvo la respiración cinco segundos y como una parturienta realizó los ejercicios de respiración recomendados por el Dr. Mendoza. Acabó con una profunda exhalación arrancada de lo profundo de sus tripas. Se hizo el silencio y sonrió con prudencia temblorosa, como un niño en un oficio religioso. Retomó la lectura que lo devolvió a la ciudad de Macondo….
Pasos, pasos, pasos….¡pasos de gigante, un gigante maleducado en una casa de gnomos, un gigante zafio y desconsiderado camina con tacones como si lo siguiera un desfile militar en el piso de arriba! ¡Un gigante destruye Liliput y todos gritan, mientras sus casas se incendian! ¡El gigante desplaza el granero, a la zona del río, la iglesia en la montaña, y el molino lo arrastra hasta dejarlo caer encima de la casa del médico!¡Destruye Macondo que sale de su mente! Macondo no volverá hoy. ¡Pasos, los mismos que arrastran, desplazan, hacen chocar los artilugios de unas cajas, las mismas de las que se desprenden chasquidos, roces, sonidos de fragilidad, de dureza!.
Prueba otro tipo de distracción más prosaica. Coge una revista vieja de la caja del reciclaje y se va al wáter. No hay tregua, la rejilla de ventilación envía el ruido de las acciones del enorme gigante con más fuerza si cabe. La falta de concentración es un lastre para una actividad tan vulgar como la deposición, se le han revuelto las tripas de los nervios, no hay salida.
Deja la revista en el suelo de un golpe seco, un grito se escapa de su boca: “¡¡¡Tu pu….ma…Gi…de mier…te vas a enterar…socab…!!!” Pero ni eso es un alivio porque su blasfemia se mezcla con el ruido y tampoco hay salida para las palabras en su garganta. Se atraganta, hasta el vómito, y acaba comiéndose el "socabrón" de nuevo. ¡Glup!
Pasea enloquecido por el piso, golpeando con el puño las paredes de la casa, está fuera de si. Busca el silencio debajo del sofá, para no recordar el mundo le rodea, para no descubrir la existencia de iguales. Desea el silencio pero su respiración  le provoca pavor y la retiene algunos segundos en los que peligra su consciencia. Sus pasos se hacen más y más densos, pesados, atormentados…Se confunden con los del resto de los vecinos, y comienza a dudar y a discernir los que vienen de fuera y los suyos propios. Todos se han unidos en su cabeza que aprieta contra sus dedos. Intenta meter sus dedos en el cerebro y arrancarse la capacidad de oír. Comienza de chillar y a revolcarse por el suelo, patalea, y lloriquea como un bebé.

El temor se ha apoderado de los vecinos que simultáneamente asoman las cabezas por cada una de las puertas de entrada a sus pisos. Miran con desconfianza y curiosidad el rellano y las escaleras y poco a poco como abducidos por los gritos, los pataleos y los lloros, llevan sus cuerpos al piso del chico solitario. Los cinco que se reúnen en torno a la puerta de donde salen todos esos gritos, no dan crédito. Alguien dice atónito:
- No ha parado en todo el día, esto ya pasa de castaño a oscuro, voy a llamar a la policía.

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