Entre el renacimiento y el barroco, el manierismo.

Entre el renacimiento y el barroco, el manierismo.
Il Bronzino es uno de los artistas que mejor han retratado la esencia del manierismo, en la corte de Cosimo I di Medici, en la Florencia del siglo XVI. Con el cuadro "Triunfo de Venus" no sólo avanza el estilo barroco, también define cinco siglos después, la estética de los textos que se pueden leer a continuación. Es una fuente de inspiración y alude a una vinculación de por vida con la ciudad más bella del mundo. Firenze.

sábado, 26 de noviembre de 2011

18720




“A las 21.50 horas de la fecha que he escrito con mi propia sangre y con un palo encontrado en la oscuridad, en el suelo de hormigón de este lugar desconocido, he dejado de pensar que vendrán a buscarme.

Me falta agua. Estoy bebiendo de una gotera que extrañamente cae hacía arriba, un geiser raquítico, una grieta terrestre que se ha debido de abrir con la caída del muro después del choque.

He descubierto pasado este tiempo que los dolores del impacto han empezado a despertar. De la cabeza me brotan gotas espesas y el flujo que emana es más intenso incluso que el del maldito geiser. He tratado de cubrir la herida con una tela, pero temo que está llena de gasolina porque huele. También me duele el pecho de un modo punzante a la altura del omoplato, no tiene buena pinta, lo intuyo. La respiración es costosa y a ratos preferiría morir a aspirar aire. Sobre las extremidades no hay signos evidentes de heridas graves. Eso es todo…otra vez pierdo...”

La puerta de la nave se abre dejando una fina línea de luz que rápidamente escapa al cerrarla de golpe. Un desplazamiento como de raíles  permite acercar un objeto alargado al cuerpo tumbado del muchacho pero no logra rozarlo. Los raíles vuelven a movilizar el objeto quirúrgico hacia la puerta.
“Tengo pérdidas constantes del sentido y cuando despierto creo dormir en una cama de clavos, el dolor se ha hecho mi compañero, tengo miedo de que cese, temo que signifique que estoy muerto.

Lo curioso es que con lo que sea que haya chocado, ha desaparecido. No he notado ninguna otra presencia a parte de algún ratón e insectos terrestres. Se ha evaporado desde hace 18720 horas. Lo sé porque a lo lejos he escuchado regularmente, 14 ecos de sirenas, transcurridos en un periodo de tiempo que considero puede llegar a ser un día completo. Y lo más importante, veo una luz, pero no me he llegado a fiar porque podría ser eléctrica y tener un temporizador de horas laborales. Me queda imaginación para poco, y quiero ser realista, sino me he muerto en todo este paso de soledad con estos dolores y heridas, puede que ni las mismas sean tan graves y que sobreviva. Si deja de atormentarme la sirena puede que repliegue al estado de shock y consiga mover las articulaciones, quizás…pero algo me dice que si lo hago no saldré de aquí. Es como si para estar vivo tuviera que quedarme muy quieto…otra vez pierdo…”

-Lo he perdido. –Una voz compungida charla con otra persona al otro lado de donde sea se encuentra el cuerpo del muchacho.

- Lo encontraremos, no puede andar lejos, el coche está aquí. Al menos pudiste traerlo después del accidente. Lo encontraremos.

- Y si, se me cayó en otro sitio, en el supermercado o en casa y lo ha cogido el perro. Temo haberlo matado. No debí guardarlo, no se pueden retener así a las personas, debí dejarlo marchar.

- Era lo único que podías hacer iba a contarlo todo. No te atormentes, el vivía bien.
-¿Vivía? ¡Dios! ¡No digas eso!
- Cálmate, quiero decir que es la única manera en la que podíamos estar los tres juntos. Sin hacernos daño. Si nos quieres a los dos, tenías que elegir en que convertir al otro. Y vive muy bien.

-¿Eso crees? ¡Te hubiera gustado ser tu el llavero?
-….no.

oigo sus voces y comprendo todo. Estoy debajo del coche de Elena. Mario intenta convencerla de que me encontrará. Ahora soy consciente de lo que han hecho conmigo.
El raíl vuelve a desplazar algo por el suelo. Es un fino alambre que sostiene la mano de Mario que parece una tubería enorme para una obra de ingeniería a los ojos del muchacho.
Tengo fuerzas, me desplazaré al otro extremo, no me volverán a coger. Pero la cabeza me pesa tanto…sólo puedo moverme en círculos y mi cabeza es el centro. La arrastraré”.

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